reseña:

Que el Chaco es una provincia misteriosa, con héroes fantásticos y monstruos increíbles ya lo sabemos, pero Cancha Larga y sus alrededores son sitios decididamente peligrosos. No es aconsejable andar paseando por estos lugares.
Aún así, si por desgracia alguien se anima y quiere visitar la panadería del tío Aldo, que lo haga de día y tendrá posibilidades de regresar; pasar un anoche allí es una cosa que pocos pudieron contar.
Si encuentran algún espantapájaros abandonado, huyan despavoridamente, huyan lo más rápido que les den sus patitas y no miren para atrás.
En el cementerio, cuando la noche y las tinieblas lo inundan, pueden encontrarse con la Muerte paseándose entre las tumbas, ordenando y ubicando a los muertos recién llegados. No es conveniente entrar en confianza con ella.
Si tuvieran la ocurrencia de ir a pescar, fijense muy bien dónde armar el campamento.
Y lo más importante, nunca, por ningún motivo, se les ocurra salir a caminar de noche un viernes de luna llena: los lobisones acechan.
Están todos avisados.